Newton – Peter Ackroyd

SINTESI DEL LIBRO:
ISAAC NEWTON, el hombre que moldeó la percepción moderna del
mundo como ningún otro, nació a las dos de la madrugada del día
de Navidad de 1642, en los alrededores de un oscuro pueblo del
Lincolnshire y de una familia de propietarios rurales nada
distinguidos. Fue prematuro y enfermizo. Dos de las mujeres de la
casa fueron enviadas en busca de ciertas cosas necesarias para el
niño, pero “se sentaron en un portón del camino diciéndose que no
tenía caso apresurarse porque estaban seguras de que el niño
moriría antes de que pudieran regresar”. Años más tarde, Newton
informó a un pariente que “se le dijo que cuando nació era tan
pequeño que podían meterlo en un bote de un cuarto [de galón] y
tan débil que se le obligaba a llevar una almohadilla alrededor del
cuello para que [su cabeza] se mantuviera sobre sus hombros”.
Pero había nacido con buenos augurios. Nacer el día de
Navidad, con evidente conexión con el Salvador, era como si
hubiera sido bendecido. Se juzgaba que nacer en ese día era el
presagio de grandes éxitos mundanos. Hijo único, su padre murió
cuatro meses antes de que naciera el niño, por lo que los presagios
eran igualmente buenos en ese otro sentido, pues se creía que por
lo común un niño póstumo era acreedor a la buena fortuna. En su
vida adulta, Newton se consideró a sí mismo como único entre los
hombres, y las circunstancias de su llegada al mundo deben haber
alentado en él esta noción. Consideraba que su supervivencia era
un milagro, un presagio de los milagros que él mismo iba a realizar.
Nació en una pequeña casa de la finca de Woolsthorpe-by
Colsterworth. Un dibujo del siglo XVIII la muestra como una casa de
tipo inglés, sólida pero común, de dos pisos. El dibujo muestra
también una vaca, un caballo y un campesino con su carreta,
ilustrando así en miniatura el mundo rural en el que Newton creció.
La casa fue construida con la típica piedra caliza gris de los
alrededores e incluía una cocina, el zaguán, la sala y en el piso
superior las recámaras. El visitante de hoy observaría que las
habitaciones son de techo bajo y de piso de piedra, lo que
contribuye a la atmósfera general de sobriedad si no de sombría
severidad del hogar. Newton nació en la primera habitación, a la
izquierda subiendo las escaleras.
FIGURA 1. Newton nació en la finca de Woolsthorpe.
El huerto fue el escenario de la leyenda de la caída
de la manzana del árbol, cuando estaba en
Woolsthorpe huyendo de la peste de 1665; el propio
Newton contó cuatro diferentes versiones de esta
historia a cuatro personas distintas.
La casa ve al pequeño valle que el río Witham excavó, de cara al
oeste, y mira hacia el jardín que se volvió famoso en la historia
mundial como el lugar en el que Newton observó caer la manzana,
aunque hace mucho que el viento derribó el árbol. La finca constaba
de unas 31.5 hectáreas de bosque y campo de labor, un patrimonio
que Newton había de heredar algún día. William Stukeley, el
topógrafo, anticuario y fanático de Newton del siglo XVIII que
coleccionó todos los materiales sobre su héroe que pudo hallar,
describió este paisaje diciendo que constaba de valles “deliciosos” y
bosques “abundantes”. Añadía que son muchas las fuentes y
riachuelos del agua más pura “y que el aire de los alrededores es
sobremanera bueno”. Tal era la zona que produjo “al más grande
genio de la raza humana”.
Los antepasados de su familia inmediata nunca dieron muestra
de tal grandeza, aunque Newton no pudo rastrear a sus
predecesores más que hasta John Newton, que vivió un siglo antes
en el pueblo de Westby a unos pocos kilómetros de Woolsthorpe.
Los Newton fueron campesinos del Lincolnshire que poco a poco
fueron ascendiendo dentro de la jerarquía social del condado y que,
ya en época de Isaac, alcanzaron la eminencia de hombres
acomodados del campo. Cuando observamos el aire taciturno e
incluso arisco de Newton, reconocemos en él las habituales
maneras del campesinado del Lincolnshire.
Su propio padre, también llamado Isaac Newton, careció de
rasgos particulares para la posteridad. Era un campesino
acomodado que veía por sus propiedades y mostraba cierta solicitud
por los arrendatarios que vivían en cabañas dentro de sus dominios.
En su testamento dejó unas quinientas libras, lo que es prueba de
que había mantenido la relativa riqueza de la familia. Pero todo
demuestra que no sabía ni siquiera firmar, al igual que el padre de
William Shakespeare, lo cual daba más pábulo al mito del genio
nacido en circunstancias nada prometedoras. El tío y el primo de
Newton eran igualmente analfabetas. Todo ello señala la posibilidad
de que, dadas circunstancias marginalmente distintas, el propio
Isaac Newton jamás habría aprendido a leer y escribir.
La familia de su madre, Hannah Ayscough, tenía aspiraciones
más señoriales. Se trata de esa química común familiar de jóvenes
varones que siguen adelante buscando distinguirse. El hermano de
Hannah era un clérigo que había estudiado en la Universidad de
Cambridge, aunque no debió distinguirse demasiado por lo que
hace a su vocación, puesto que se vio enclaustrado en una rectoría
a sólo dos millas del propio Woolsthorpe. Los Ayscough, que eran
originarios de Rutland, en realidad no provenían de una posición de
refinamiento decadente. El matrimonio de Isaac y Hannah refleja
una unión con la gente del campo como búsqueda de un camino
ascendente. Isaac Newton fue el resultado.
Fue bautizado el primer día del nuevo año, en 1643, en la iglesia
familiar del cercano Colsterworth. La madre viuda dio al niño, como
era debido, el nombre de su marido. Isaac proviene del hebreo y
significa “el que ríe”, pero el niño no tenía gran cosa de qué reírse.
Tres años después de su nacimiento, la madre decidió casarse de
nuevo, separándose del hijo. Fue prometida a Barnabas Smith,
párroco vecino, que era 30 años mayor que ella. El reverendo Smith,
sin embargo, no tenía una noción muy cristiana de su hijastro y,
como parte del acuerdo de bodas, se estipuló que el joven Newton
se quedaría en Woolsthorpe bajo el cuidado de su abuela materna.
Hannah habría de partir al rectorado de Smith en North Witham,
alejado alrededor de dos kilómetros. Un pariente recordaría más
tarde que Smith le dio a Newton “una parcela de tierra, que formaba
parte de los términos acordados con la viuda para la boda”. Smith
estuvo de acuerdo también en renovar y restaurar la casa de
Woolsthorpe. Parece haber sido igualmente un acuerdo de
negocios, en una época en la que las susceptibilidades de los niños
no se tomaban en cuenta.
Así que durante ocho años Newton fue criado por su abuela
materna, Margery Ayscough. Para nada se menciona al abuelo
paterno, por lo que debe asumirse que nada tuvo que ver en los
nuevos arreglos domésticos. Se trataba de una casa rica y
respetable, pero la ausencia de la madre debió tener un efecto
profundo sobre el niño. Habrá sido a todas luces natural que
experimentara cierto sentido de abandono, quizá incluso de
inadaptación. En su vida adulta manifestó una gran inseguridad y un
temor excesivo al contacto emocional con otros seres humanos: era
suspicaz y reservado, con un deseo enorme de orden y seguridad
en todos los aspectos de su vida. También se mostró capaz de
cólera y agresividad extremas. Quizá se tratara de las señales de
alguien que se sintió herido en lo más hondo.
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